El mango, turbulencia y futuros

Luis Ginocchio Balcázar

No cabe duda que el mango es uno de los más importantes cultivos de agroexportación en el que los agricultores familiares y medianos mantienen un importante protagonismo (Nota 1). A diferencia de los cultivos líderes exportados, el mango conserva una destacada cuota de fruta proveniente de fincas de la agricultura familiar y mediana, que se estima entre 30% y 40% aunque se desconoce si el peso específico de esas fincas en el total cosechado crece o declina.

La superficie instalada de mango en Perú fue de 34,400 hectáreas en 2022 con una cosecha de 504,000 toneladas en aquel año. Las mayores zonas productoras son Piura, Lambayeque y Ancash. No se cuenta con información precisa sobre qué parte del área instalada está en producción y cuánta entrará en cosecha en los meses y años más cercanos. Esa data es básica para la planificación de cosechas, ventas y el trazado de estrategias de empresas y productores. 

Se calcula que existen 15,000 productores de mango, aunque con débil vocación asociativa lo que se comprueba por las contadas empresas de productores asociados que trabajan esta deliciosa fruta tropical. Tampoco se conoce la medida en que los 15,000 productores dependen de las ventas de mangos. ¿Es su cultivo principal y por tanto su principal ingreso o sólo un complemento, tienen ingresos no agrarios, en qué proporción? 

Al estar dispersos los productores no alcanzan escala para que sus flujos de caja permitan contratar especialistas en gestión de negocios, lo cual los aleja de la innovación tecnológica, comercial y organizacional, que es fundamental para armar negocios rentables para el fresco, congelado, deshidratado y pulpas. 

Si bien se conoce que el mango fresco de las variedades Kent y Haden lideran los embarques al exterior, han aparecido variedades con demanda internacional como Ataulfo. Además, hay que relievar el creciente peso específico que el mango congelado viene ganando en los montos de agroexportación, ‘sacando’ fruta fresca del mercado aprovechando las semanas de abundancia y evitando que la ‘plétora’ del fresco deprima sus precios. La agroindustria del congelado es vital.   

Se echan de menos las conservas en almíbar de mango que en el pasado tuvieron presencia en el consumo nacional. Se recuerda que se ‘culpaba’ a las conservas de durazno, en ese entonces mayormente importadas, que encontraban mayor atractivo en el consumidor nacional, y las prefería al mango en conserva nacional. Hoy, varios lustros después, no se ven conservas de mango en las mesas nacionales. 

Al mismo tiempo, al irse reconvirtiendo las variedades criollas a las floridianas (Kent, Haden y otras), la cosecha de mango con ‘fibras’ perdió presencia afectando al consumidor nacional (que hasta ahora las prefiere) y también a las procesadoras de pulpas cuyo mercado (en su gran mayoría del exterior) se inclina por el sabor intenso de las variedades criollas (Chulucanas, Chato de Ica y Rosado de Ica, entre otras), cuyo perfil gustativo se acerca a la variedad ‘premium’ Alfonso que la India exporta con mucho éxito, famoso por su intenso sabor, aroma y grados brix. 

No se dispone de información sobre volúmenes de mango fresco, congelado, deshidratado y pulpas (jugos simples y concentrados) por variedad y valles productores. Siendo la información un bien público y siendo el mango un producto con las credenciales para ser prioritario es urgente que el ente rector, el nivel regional y distrital, apoyen la elaboración de data de la cadena de valor del mango, desde insumos, siembra y cosecha hasta la agroindustria y agroexportación, incluyendo la hidrotermia. 

Por ejemplo, Perú fue cuarto exportador mundial de mangos por US$300 millones FOB en 2022 (en fresco) mientras que las exportaciones de mango congelado fueron aquel año 76,900 toneladas por un valor de US$148.4 millones de dólares. ¿Quiere decir que muy cerca de la mitad de los embarques de mango son congelado? Esta información es fundamental, otra vez, para el trazado de las estrategias de los valles donde se produce esta fruta. 

Una ventana bajo presión

El clima tropical seco y riego disponible conducen a cosechar mango de calidad en momentos en que en los mayores mercados del mundo padecen de muy bajo aprovisionamiento. De ese modo aparece la ‘ventana’ de contra estación de diciembre-febrero de cada año para el mango peruano, en que los precios son altos y atractivos. Perú tiene desde hace décadas esa envidiable ‘ventana’ pero cuánto durará esta situación privilegiada. No lo sabemos, pero si bien el mango peruano cuenta con prestigio, globalmente su oferta es pequeña comparada con países como Brasil que consume internamente hasta el 85% de su cosecha anual. 

Lo que sí sabemos es que la creciente competencia obliga a los productores y toda la cadena de valor del mango a ser más eficientes y profesionales. Los competidores que buscan ingresar a las semanas de alto precio (escasez que algunos países aprovechan como Perú), como India y México (los más lejanos), Brasil y Ecuador (los vecinos). La fruticultura nacional está obligada a relanzar la competitividad del mango y otras frutas que sufren los daños y alteraciones que el cambio climático y el Fenómeno El Niño hacen sobre cosechas, infraestructura y otras inversiones. 

La alta estacionalidad del mango concentra la cosecha en periodos cortos de menos de 8-10 semanas complicando el aprovisionamiento de materia prima y la logística. Por otro lado, la alternancia de las cosechas (a años bajos en cosecha siguen años con enormes cosechas) complica seriamente la comercialización de la fruta y afecta la confiabilidad del mango peruano para abastecer la demanda internacional. 

Una agroindustria para pulpas de mango, un negocio de alto volumen, también requerirá una planta de UHT para evitar pagar los altos costos de almacenaje y fletes frigoríficos. Incluso algunos concentran sus pulpas (también llamados ‘puré’) para reducir costos de fletes (Nota 2). Con el tiempo el consumo nacional de mango fresco declinó ante el exitoso avance de las agroexportaciones, la demanda del exterior aumentó, los precios al público subieron y las variedades ‘locales’ (Criollo, Chulucanas, Chato y Rosado de Ica) escasearon. 

Además, hay que recordar que en verano hay mucha oferta y variedad de frutas que compiten con el mango. Hay que estimular el consumo de mango en el país por su sabor y aporte a la nutrición. Y colocar entre las brechas y rezagos a superar una investigación sobre su poder nutricional y la digestibilidad del mango, la cual se refiere a la capacidad del cuerpo humano para absorber y utilizar los nutrientes procedentes de la ingesta de la fruta. Adicionalmente, no se han realizado suficientes esfuerzos para responder a las tendencias productivas, de consumo y tecnológicas para pasar de una fruta de nicho ‘étnico’ a una de consumo masivo (staple food) (Nota 3). 

En África, países como Costa de Marfil se ubican también en posición próxima a la zona ecuatorial, cerca de la longitud de Perú. Y siendo Costa de Marfil gran productor de cacao existe la posibilidad que se decidan por la siembra de mangos. De otro lado, India, ubicado en Asia, ya es el país más poblado del mundo y está sembrando áreas relevantes con limón sutil y también de mangos.  De paso, ¿cómo apoyar a los productores de banano orgánico para su lucha contra las enfermedades que diezman sus plantaciones? 

¿Hacia dónde va la cadena de valor del mango, cuáles son las claves competitivas o factores llamados ‘de éxito’ y los de ‘desafío’ (brechas) a estimular? Lo que se ve muy claro es el mango no puede continuar así, en medio de los hechos y tendencias que hemos mencionado. 

Finalizando, es clave el apoyo estatal a los productores organizados y empresas medianas agroexportadoras de una cadena de valor tan larga; contar con una oferta local de servicios de apoyo a la innovación, ciencia y tecnología.   Un curso sobre gerencia rural o administración de empresas asociativas, fomento de conexiones comerciales, innovación para más calidad y productividad, riego eficiente, asociatividad, entre otras claves para modernizar la cadena de valor. El Estado en sus tres niveles tiene una ardua tarea con este cultivo con alto número de productores, dispersos y no asociados, sin una idea de brechas y con la amenaza del clima y de la madurez de su ventana comercial en el exterior. Los países exportan el talento de su gente expresado en productos con calidades únicas y diversas, organización e ideales compartidos.   

Haciendo Futuros
www.haciendofuturos.blogspot.com
Piura, Febrero 22, 2025



Nota 1. Apunte histórico. En los años 40s se conoce que el agricultor Leónidas Hidalgo (Chulucanas) contrata a un técnico para que lo asesore en su plantación de limones. Luego, en los 60s con la Irrigación San Lorenzo se priorizan las frutas comenzando con mango. En seguida, en los 80s la empresa Inka Banana comienza desde Paita embarques de banano de Tumbes y Sullana a Corea. Tanto el banano como el limón trajeron plantas de procesamiento como Coochul (Chulucanas) y hasta treinta plantas más. En Sullana destacan las cooperativas que exportan directamente barcos de banano orgánico a muchos países. 

Nota 2. Las modernas tecnologías de concentración por evaporación aumentan el grado brix evitando deteriorar el aroma natural de la fruta.

Nota 3. Un ‘staple food’ es un alimento básico que se consume con frecuencia y en cantidades tales que constituye una porción dominante de la dieta estándar de un individuo o un grupo de población, cubriendo una gran fracción de las necesidades energéticas y formando también una proporción significativa de la ingesta de otros nutrientes.

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