Enrique Lorente Pastor, amigo del bosque

Luis Ginocchio Balcázar 

Enrique Lorente Pastor es un ciudadano español que llegó al Perú en 1986. Acumuló desde su infancia muchos conocimientos en germinación y agricultura orgánica porque su familia, en su natal Zaragoza, se dedicó a esos temas durante generaciones.  Más tarde, sus estudios en la llamada ‘inteligencia vegetal’, física cuántica y biología celular le vienen sirviendo para una exitosa investigación en los árboles nativos amazónicos, en especial sobre las claves para su propagación. 

Grandiosos bosques crecen en la cuenca hidrográfica amazónica, la más grande del mundo y que contiene una quinta parte del agua del planeta. En ella habitan una deslumbrante diversidad de especies y ecosistemas que, por ejemplo, acogen a dos mil especies diferentes de peces. Perú posee el 13 por ciento de la cuenca amazónica. La amazonía peruana comprende tierras altoandinas, piedemonte y llanos tropicales [1]. 

El investigador y empresario trabajó también muchos años en comercio exterior por lo que su formación y experiencia combinan investigación, tecnologías y negocios con el extranjero. Una excelente amalgama de ciencia y destrezas empresariales. 

Lorente llegó a la amazonía peruana en 1988 y desde hace nueve años vive permanentemente allí. Y ya son más de seis años en que funda Finca Paraíso, ubicada en la provincia de Maynas, distrito de San Juan Bautista, Loreto. El citado predio se ubica en la carretera de Nauta a Iquitos, la única capital regional no conectada por vía carretera con el resto del Perú.   

El investigador español organizó la empresa Lorente Reforest con el objetivo de recuperar y conservar especies de árboles nativos amazónicos, algunas de ellas en riesgo por la depredación que las debilita y diezma. Aquí una relación de las especies nativas que se trabajan y estudian en Finca Paraíso: 

- Almendra (Caryocar coccineum Pilger)
- Bolaina (Guazuma crinita)
- Canela mohena (Ocotea costulata)
- Caoba (Swietenia macrophylla)
- Capirona (Calycophyllum spruceanum Benth)
- Cedro (Cedrela ododrata)
- Copal (Bursersa copallifera)
- Huayruro (Ormosia coccinea)
- Marupa (Simarouba amara Aub)
- Mary mary (Vatairea guianensis Aublet)
- Mohena (Aniba amazonica)
- Palisangre (Brosimum rubescens)
- Palo rosa (Aniba rosaeodora)
- Quinilla (Manilkara bidentata)
- Shihuahuaco (Dipteryx micrantha)
- Shiringa (Hevea brasiliensis)

Además de las especies que aparecen en la relación previa, Lorente está trabajando con varias frutas tropicales y hortalizas con la idea de añadirles valor mediante su acondicionamiento y procesamiento para la elaboración de alimentos envasados. Asimismo, con plantas aromáticas y medicinales para la preparación de aceites esenciales y extractos con propiedades curativas. En ambos casos, a partir de la rica cultura agroalimentaria y la herbolaria tradicional de la amazonía peruana.  

Imposible no citar al profesor Javier Iguíñiz, quien enfatiza ‘la conveniencia de transformar antes de transportar [2] los productos en los que dicha elaboración reduce los costos de transporte. El aprovechamiento de recursos locales es fundamental, pero también lo es aumentar el valor por unidad de peso de los productos generados’. Esta estrategia aumenta la posibilidad de hacer transables productos debido a que anteriormente su bajo valor, comparado con los costos de transporte, los condenaba a no poder salir de su lugar de producción. 

Uno de sus alumnos de la PUCP de ese entonces refiere que, tomando como ejemplo a las ‘papas nativas’ impulsadas por el boom gastronómico, pudieron conocerse mejor sus propiedades únicas (sabor, color, arraigo cultural, entre otros), lo que trajo consigo un aumento de su demanda en las ciudades, a la par de una mayor valoración en comparación a su costo de transporte. Esto permitió que muchas variedades de ‘papas nativas’ cultivadas en alejados valles interandinos puedan cruzar los Andes y llegar a mercados de la costa debido a su alta valoración por los consumidores de mediano y alto poder adquisitivo.

Regresando a la amazonía, el ‘buque insignia’ del desarrollo amazónico es el uso sostenible de los bosques, que impulsará la reconversión productiva de esas regiones, para lo cual las especies maderables nativas de alto valor crearán riqueza, fortalecerán la vitalidad de las especies de fauna y flora existentes, inspirarán la conciencia ambiental del país para lidiar con el cambio climático.

De este modo se crearán los nuevos negocios rentables, sostenibles y empleos adecuados en zonas hasta ahora dependientes de actividades hostiles a la naturaleza, incluyendo varias que son ilegales. Serán la agroforestería, acuicultura, turismo de naturaleza y servicios ecosistémicos las nuevas ‘locomotoras’ de la diversificación productiva nacional incluyendo sus industrias conexas. 

Para caminar sin demora en ese sentido revisemos algunos rasgos del trabajo de Enrique que servirán para prever la revolución que tiene que haber en esos territorios para hacerlos sostenibles y prósperos, relievando los obstáculos técnicos (generación de nuevos conocimientos y tecnologías) y comerciales que Lorente ha venido superando:  

a) germinación masiva de semillas hasta llevarlas a plantones que serán trasplantados para formar las plantaciones. 

b) definición de procedimientos utilizando prácticas para combatir plagas de insectos y enfermedades tal como aprendió con su familia en su natal España, respetando la naturaleza y sus equilibrios. 

c) evitar el uso de fertilizantes sintéticos desarrollando fórmulas naturales para apoyar el crecimiento de las plantas, que fueron validadas mediante comparación con plantas ‘testigo’ sin estimulación. 

d) investigación y desarrollo de derivados agroindustriales de frutas, hortalizas, plantas aromáticas y medicinales, como el aceite esencial de palo rosa, con importante demanda cosmética y farmacéutica y especie con alta depredación que la acercó al riesgo de extinción. 

e) promoción de inversiones atrayendo capitales interesados en el rescate de sectores depredados de la amazonía reforestando con plantaciones de especies nativas de alto valor comercial, trabajando productos financieros ad hoc y creando una red de compradores de los derivados sostenibles del bosque en los mercados del extranjero.   

f) Lorente Reforest declara que el ‘boom de las maderas finas [3] en el Perú ha empezado’.  Pasos siguientes podrían ser la fundación de una escuela de negocios amazónicos para emprendimientos sostenibles y negocios verdes en la amazonía; asimismo, la preparación de expertos en turismo regenerativo para la restauración de ecosistemas, atrayendo corrientes de visitantes interesados en la vida del bosque, inversionistas, investigadores, estudiantes y donantes. 

La persistencia en estos años de investigación y desarrollo -desde 2015- son un mérito innegable de Enrique Lorente Pastor como estudioso, cercano a la ciencia, la tecnología, el desarrollo de productos y negocios sostenibles.  El tiempo, constancia, prolijidad y la construcción de instalaciones para las diversas especies nativas amazónicas dan fe de la eficiencia del trabajo científico y empresarial de Lorente, éxitos confirmados por las ventajas de plantaciones de saludables caobas y cedros por encima de los eucaliptos, pinos y palma aceitera de otras latitudes.  

Las más de dos millones de hectáreas de bosque primario amazónico perdido en el país más los miles de hectáreas que año a año se siguen perdiendo, necesitan el enfoque de las maderas nativas exóticas.  La caoba y el cedro se cosechan a los 25 años, pero las bolainas y capironas ya desde el sexto año pueden estar listas para el mercado.  También el palo rosa logra sus primeros ingresos comerciales al sexto año pues de sus ramas y hojas se extrae un aceite esencial muy cotizado en el exterior. 

Estos son árboles nativos de la amazonía peruana a los que Lorente Reforest ha puesto a disposición para proyectos de recuperación de áreas depredadas, salvar a varias especies de las inmediaciones de la extinción y que sean base de la ansiada prosperidad de nuestra amazonía, más del 50% del territorio nacional [4]. De este modo hay que reconocer que Enrique está trayendo una nueva mirada, optimista y entusiasta al futuro de esta bella, mágica y olvidada zona de la heredad nacional. Como dice él, ‘el futuro es hoy’.    

Haciendo Futuros
www.haciendofuturos.blogspot.com
Piura, Febrero 15, 2022

 

 



[1] Los bosques amazónicos, páginas 167-197 en: ‘La Amazonía, sílabas del agua, el hombre y la naturaleza’. Colección ‘Arte y Tesoros del Perú’. Banco de Crédito del Perú, 2015 (se puede descargar desde el Fondo  Editorial del BCP). 

[2] Iguíñiz Echeverría, Javier. Acerca de la viabilidad de la descentralización económica. Documento de Trabajo PUCP 182.

[3]  Revista ‘AgroNegocios Perú’, edición del 08 Julio 2019

[4] En anterior nota en este blog el señor Enrique Lorente Pastor fue ponente en un evento de 2019 en Iquitos (‘Loreto busca un nuevo camino’). En ese artículo se revisaron algunos mitos sobre Loreto, ‘la tierra de Loreto no produce’, ‘la amazonia se regenera sola’, entre otros.

 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Limón sutil, la preciosa mercancía cítrica

Sierra. Investigación y creación de conocimiento para la diversificación productiva

Cabo Blanco y Finca Paraíso, mensajes desde el mar y el bosque