Hugo Fano, profesional y peruano ejemplar


Nota. El artículo en homenaje a Hugo Fano fue escrito a un año de su inesperada partida en marzo del 2015

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Hugo Fano Rodríguez (Huancayo 1951 - Lima 2015) fue un economista agrícola que hizo su carrera en la UNALM y realizó estudios de posgrado en economía agraria en el extranjero. Durante su vida Hugo influyó decididamente en la importancia del conocimiento, la tecnología y la innovación para el desarrollo del país, y sobre todo, para su ruralidad y biodiversidad.

Conocimos a Hugo a fines de los noventas cuando desde Piura se vivían momentos de renovación en el agro y el mundo rural. La Central Piurana de Cafetaleros (CEPICAFE) se consolidaba como un núcleo de cooperativas de productores de café con una mentalidad de diversificación y sostenibilidad.  El mango y el limón habían creado corrientes de cambio en la colonización San Lorenzo y el Alto Piura.  Y comenzaban a escucharse de los primeros embarques de banano de Sullana y Tumbes a Corea del Sur desde el puerto de Paita. 

Hugo había iniciado su formación como investigador regional del Centro Internacional de la Papa por más de doce años participando en iniciativas en América Latina y el Caribe. Colaboró como consultor en impactos tecnológicos en Costa Rica, Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá y República Dominicana. Asimismo, en los institutos de investigación de Argentina, Chile, Colombia y Uruguay.

En aquellos tiempos se diseñaba el proyecto de innovación y competitividad del agro peruano, INCAGRO del Ministerio de Agricultura (MINAG).  Allí estaban quienes daban forma a lo que sería el más importante esfuerzo de modernización de la agricultura peruana. Entre ellos destacaron Víctor Palma, Fernando Ezeta, Juan Risi y Hugo Fano, entre otros expertos.

Entre 1999 y 2008 Hugo dirigió el Fondo de Desarrollo de Servicios Estratégicos del  INCAGRO, que financió proyectos de investigación, de capacitación de capacitadores y de información estratégica. Luego vino el lamentable cierre del referido proyecto y Hugo continuó en la consultoría en temas de ciencia, tecnología e innovación (CTi) en FINCYT, FIDECOM, FONDOEMPLEO y fondos privados.

En 2009 vuelve al sector público agrario, esta vez desde el mismo MINAG, asumiendo un importante puesto en la Oficina de Estudios Económicos y Estadística, de la que llegó a ser director y organizador con el INEI del IV Censo Nacional Agropecuario. El aporte de Hugo al diseño del Censo de 2012 -labor que compartimos muy de cerca- fue decisivo para contar con información certera del agro luego de dieciocho años de cambios en el país.

A lo largo de su vida profesional, Hugo Fano participó en la mayoría de proyectos relacionados con políticas públicas de desarrollo de la CTi y el desarrollo rural, la gestión del conocimiento, el cambio climático, el desarrollo territorial y la seguridad alimentaria. Todo desde su mirada de respeto al país megadiverso y con una numerosa y ubicua agricultura familiar.

Hugo acumuló una gran experiencia y la convirtió en un poderoso discurso:  para superar el rezago agropecuario, para convertir sosteniblemente a la diversidad biológica en riqueza económica, para desarrollar los territorios, es clave la generación de nuevo conocimiento y la adopción de conocimiento disponible expresado en tecnologías (semillas, herramientas, máquinas, procesos mejorados) por parte de los productores y otros agentes económicos del campo.

Asimismo, el discurso de Hugo propuso innovar mediante prácticas de gestión empresarial y organizativa de tal modo que, integrando todo este conocimiento, se aumente la productividad, se reduzcan costos y mejore la calidad. Todo ello constituye una propuesta de modificación de actitudes y conductas que se acercan claramente a la innovación social.

Hugo había acumulado una experiencia fundamental para el momento de cambios que vive el país. Y postuló al naciente Sistema Nacional de Innovación Agraria (SNIA) pero el destino truncó esa expectante tarea.

Hace un año el Perú perdió a uno de sus más valiosos profesionales. Hoy echamos de menos su talento, su atinado estilo de maestro y su sonrisa generosa y discreta. ¿Quién imaginaría que aquella tarde del 4 de marzo de 2015 –pocos días antes de su muerte- nos citara para proponernos escribir con otros colegas un documento sobre CTi, para contribuir al debate nacional de la diversificación productiva, a la que Ricardo Haussmann explica como agregar ‘complejidad económica’ a la producción?

Hugo nos dejó como legado su propuesta de desarrollo con base al conocimiento y tendremos que trabajar mucho para estar a su altura. Hoy hace un año nos consternó su partida. Hay que agradecer a Dios por el don de haber trabajado con un ser humano como él. Pocos profesionales como Hugo Fano trabajaron con tanto espíritu, talento y amor al Perú profundo, que hoy sigue bregando para superar el rezago en que injustamente se encuentra.

Lic. Luis Ginocchio Balcázar
Lima, 19 de marzo de 2016

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