Agro, motor productivo del país



Dedicado a Fernando Urteaga Vegas, agricultor y agroindustrial pionero (Piura 1936-2018)


El documento ‘Tomando impulso en la agricultura peruana. Oportunidades para aumentar la productividad y mejorar la competitividad del sector’ es un aporte muy importante que el Banco Mundial y la Cooperación Suiza le han hecho al Perú. Hacía tiempo que se esperaba un análisis y reflexiones de ese nivel sobre los cambios que experimenta la agricultura nacional. O mejor dicho, las varias agriculturas que coexisten en el país.

El documento fue presentado el pasado 1 de marzo en un hotel del distrito limeño de Miraflores y contó con un público interesado en el sector, fundamental para la generación de empleo y la alimentación. Además, consigue divisas extranjeras, contribuye con insumos para la agroindustria y es vital para la naciente gastronomía que tantos lauros y satisfacciones viene dando.    

Una excelente noticia para el Perú entero es conocer que la contribución de la cadena agroalimentaria al PIB es de 11,3% y no de 7,3% como se pensaba. Qué errados estaban quienes afirmaban que agro es sinónimo de rezago.  La agricultura, los artesanos alimentarios, la agroindustria, el comercio nacional y exterior de alimentos y la gastronomía aportan más de un décimo de la producción nacional.  

Pero el avance requiere decisiones por parte del Estado y del sector privado. En esa línea, APEGA ha propuesto establecer un sistema nacional de distribución de alimentos que equilibre la producción con la demanda en forma sostenible. Para ello se requerirá fortalecer el sector público agrario en los tres niveles de gobierno. Y consolidar los gremios agrarios de la pequeña y mediana agricultura para acordar metas y acciones de seguimiento a los programas.

También hay que tener claro que no existe mejor reactivación que animando la diversificación productiva agropecuaria (otros cultivos y mercados), una distribución con menos mermas y una comercialización más organizada con énfasis en la producción de sierra. Mención aparte merecen los cultivos de selva –café, cacao- sin olvidar el esfuerzo de producción sostenible en selva baja. 

Y urge diseñar estímulos a la industrialización de los extraordinarios productos de la diversidad biológica.  El país no puede seguir exportando materias primas agrícolas, esto es productos de ‘nicho’ que al exportarse en bruto se convierten en masivos (comodities). Las papas y sus innumerables variedades poseen propiedades nutracéuticas que recién comienzan a conocerse. Las legumbres o menestras y los granos andinos cuentan con un poder proteínico impresionante. Los ajíes nativos y su cuantiosa variabilidad genética son un tesoro en insumos para varias industrias.

A un país con la diversidad del Perú corresponde contar con empresarios innovadores y equipos de apoyo en marketing y con mundo. Y una clara prioridad a la investigación para desarrollar nuevos colorantes, estabilizantes, taninos y muchos ingredientes para los mercados globales que tendrán el brillo de provenir de esta tierra de los Incas. Hasta ahora otros aprovechan de lo que somos únicos y le agregan valor. Y todo esto se basa en dos elementos clave: gerencia y tecnología.

El informe del Banco Mundial presenta las limitaciones a la productividad y competitividad de la agricultura peruana, presentes en las tres regiones del país: débil actitud innovadora, limitado acceso a insumos y servicios de asesoría, capacidades de los productores para usar las tecnologías, conectividad y acceso a mercados, los temas de tierras y de la gestión de riesgos.

El documento concluye con una visión de desarrollo para la costa, sierra y selva así como una invocación a la participación de los tres niveles de gobierno en trabajar por la agricultura, por una descentralización que tenga claro su compromiso con los desafíos productivos de sus regiones y localidades.

Luis Ginocchio Balcázar
Lima, 1 de abril de 2018

Nota. El documento del Banco Mundial: Descargar documento

https://haciendofuturos.blogspot.pe/


Comentarios

  1. En general, según el estudio del BM el panorama para la agricultura es alentador, pero ya se ha llegado a un punto de quiebre, y el Estado debe tomar una decisión para dar un golpe de timón. El crecimiento que la agricultura seguirá teniendo en el corto plazo sigue dependiendo del envión que le dió, lo que yo llamo la tormenta perfecta de la innovación que tuvimos en la primera década del 2000, cuando desde el CIP logramos articular la innovación promovida con Papa Andina con todo el movimiento gastronómico de APEGA. Algo como eso no se ha vuelto a dar desde entonces, y ese maravilloso proceso de innovación languidece como me lo dijo nuestro recordado Nikolai Stakeef.
    Hay que mirar el mercado internacional y cuáles son las tendencias los consumidores modernos, y ver como nuestros productos pueden entrar competitivamente y con valor agregado, y plantearnos metas para el mediano y largo plazo. El mercado orgánico mundial seguirá creciendo, y seguirá siendo un destino de nuestros productos, asi como también nuestras frutas deberán seguir conquistando nuevos mercados. Pero también habrá demanda por mas productos nutraceuticos y alimentos funcionales.
    Por eso es urgente una visión de Estado y decisión política para ganar el tiempo perdido, sino tarde o temprano lo que nos pasará la factura es la falta de visión de los gobiernos pasados de no invertir en educación pública, infraestructura, conectividad y desarrollar capacidad técnica e investigación científica que pueda desarrollar tecnología agrícola propia que sustente una estrategia de desarrollo territorial inteligente, para que nos lleve a un nuevo estado o nivel de desarrollo. Sin embargo, la prioridad básica y esencial será enfrentar la lucha sin cuartel contra la corrupción, ignorancia y falta de valores de nuestra clase dirigente, que mutila nuestras justas aspiraciones de desarrollo nacional y de una sociedad feliz.
    Saludos

    Kurt Manrique

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