Sin diferenciarse no hay competitividad

por Luis Ginocchio Balcázar   

Pocas horas después del día del agricultor seguimos hoy la entrevista del incisivo conductor y periodista de RPP, Fernando Carvallo, a César Tello, alto directivo de ADEX, quien proporcionó auspiciosas cifras de ventas en el exterior: los hilados de alpaca se venden muy bien en Italia; y las confecciones destacan en los envíos a EE.UU. Se confirma entonces que es un sector que continúa mostrando un alto potencial de negocios. 

El señor Tello enfatizó el rol de las confecciones que, por su mayor valor añadido, son las principales dinamizadoras de esta agroindustria, moviendo el campo y el empleo urbano, tanto en fabricación como en comercio y servicios conexos. En ese momento recordé al Dr. Carlos Gustavo Cano, destacado empresario textil e investigador colombiano, quien fue ministro de Agricultura e integrante del directorio del Banco de la República (banco central) de su país. 

El Dr. Cano Sanz trabajó varios años en Perú con el IICA y nos dijo en un evento en Piura: ‘El algodón es al campo lo que la construcción es a la ciudad’. Carlos Gustavo se refería al altísimo efecto multiplicador del algodonero a partir del empleo rural, los servicios que genera también en la ciudad, su correlato en la industria textil y de confecciones, y el peso de su comercio para el mercado nacional y la exportación.   

El directivo de ADEX afirmó que apoyar la exportación de confecciones peruanas significa un gran apoyo al campo, esto es a los agricultores que cultivan algodón y a los criadores de camélidos sudamericanos, en ambos casos, productos de la biodiversidad nativa peruana. Y así fue que volvió a mi memoria una campaña que hace una década propusimos con un colega. 

Consistía en una etiqueta con un lema a incluir en las prendas elaboradas con algodón auténticamente peruano, para evitar que el generalizado ‘Hecho en Perú’ (o el ‘made in Peru’) desoriente al consumidor que valora usar el algodón nativo de nuestros campos. La etiqueta a incluir en ciertas prendas peruana diría: ‘Prenda de algodón elaborada con algodón cultivado en Perú’. 

Claro, esa etiqueta podría hacer que muchos consumidores ‘fans’ de lo peruano caigan en cuenta de la realidad y solo consuman las prendas con la etiqueta ‘… cultivado en Perú’. Por tanto, ‘hecho en Perú’ no quiere decir necesariamente que la prenda se elaboró con algodón sembrado en nuestro suelo. Se fabricó en Perú si pero con algodones de otro origen. No tiene el ‘encanto’ de lo peruano. 

La ‘magia’ del Perú está en su legado milenario, en su paisaje fantástico e inspirador, en su rica diversidad biológica, en sus ecosistemas, en los llanos costeros donde se cultivan los algodones Tangüis y Pima, y en las alturas andinas donde se crían las alpacas y corren libres las vicuñas. 

Pero también está en su diversidad cultural, con su espléndida cocina peruana, que constituye un orgullo nacional y que aún espera empresarios visionarios que la lleven al mundo entero utilizando los modelos de negocios y desarrollos tecnológicos que guarden su poder nutricional y excelencia gastronómica. Sin la mística reflejada en la etiqueta del algodón cultivado en el Perú y en una comida peruana rápida y saludable podríamos quedar como ‘más de lo mismo’.   

Haciendo Futuros
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Piura, Junio 25, 2022

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