Agrobanco. Hacia adelante, no para atrás
La
liquidación de Agrobanco –solicitada por el Ejecutivo- sería un duro golpe a la
lucha contra la pobreza y la desigualdad y –de prosperar- hará crecer el abismo
urbano-rural que afecta históricamente al Perú.
Esta propuesta de reducir el financiamiento a la agricultura familiar
–desde el café hasta la papa- deja ver
la miopía de un sector del Estado que no reconoce el aporte de este inmenso
grupo de peruanos y peruanas que, desde los valles costeros, pasando por la
mayor despensa alimentaria del Perú -los Andes- hasta las cejas de selva y el
VRAEM, hacen un trabajo abnegado y poco recompensado.
Esta lamentable
iniciativa llega en mal momento para la agricultura que atiende el consumo
nacional, afectada por precios ínfimos resultado de un sistema de
comercialización obsoleto, los desórdenes climáticos y cuando se le piden
mayores rendimientos, mejor calidad y tecnologías amigables con el ambiente
para hacer negocios en una economía que se abrió al mundo, pero en la que los
menos favorecidos no pueden competir.
El Estado tiene que ofrecer los servicios
–no solo financieros, también asistencia técnica y gerencial- que permitan
incluir a más productores y productoras. Y para ello tiene que ir hacia adelante,
no para atrás.
Luis Ginocchio Balcázar
15 de Julio, 2018
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