Lima, capital y sede de clúster agroindustrial
Lima Metropolitana busca convertirse en la primera ciudad peruana
comprometida con el establecimiento de un sistema
alimentario sostenible. Y la capital marca un hito luego de la presentación
y firma de la Carta Alimentaria de
Lima Metropolitana, el pasado miércoles 9 de mayo, como parte del Seminario Regional
organizado por la Municipalidad de Lima y FAO. El evento contó con la participación
de delegaciones de municipios y gobiernos locales de Argentina, Brasil,
Colombia, Ecuador, Honduras, Nicaragua y funcionarios de FAO de Roma y Nueva
York.
Fue en Quito durante la conferencia Hábitat III en octubre de 2016 que se
formalizó la decisión de incluir a la alimentación en la planificación urbana. Ya
desde antes de ese cónclave el alimento de las grandes ciudades ganaba preocupación
global no solo por los problemas de salud pública que generan los malos hábitos
de consumo sino también por el rezago crónico de las agriculturas y el arraigo
de la pobreza rural que afectan su sostenibilidad.
Por su parte, la referida Carta
Alimentaria es un compromiso de más de once instituciones nacionales para
trabajar juntas buscando el acceso a comida variada, asequible y saludable, menores
desperdicios y recuperar un consumo más sano que permita superar la mal
nutrición y anemia que afectan a niños y adultos. Además de FAO y la MML
firmaron entidades públicas -como MINAGRI y la UNALM-, privadas y de la
sociedad civil como APEGA, reafirmando su compromiso con políticas públicas,
programas e iniciativas en promoción alimentaria para la ciudad.
Un sistema alimentario sostenible es una red de colaboración que ofrece seguridad alimentaria y nutricional para los habitantes de una ciudad generando las bases económicas, sociales y ambientales para una mejor alimentación y nutrición para hoy y las futuras generaciones. Para lograrlo la red integra la producción sostenible de alimentos, el procesamiento, la distribución, el consumo y la gestión de residuos
Un pacto de esta naturaleza lleva a crear mecanismos de coordinación o
coaliciones entre los protagonistas privados, públicos y sociales para
asegurar una alimentación conveniente mejorando la relación con la producción
rural, equilibrando la producción y el consumo y reduciendo las mermas previendo
un abasto más allá de los riesgos que acechan.
Durante el evento funcionarios de los países con mayores avances en
implementar políticas alimentarias urbanas - Medellín, Quito y Rosario-
presentaron sus logros y también sus desafíos. La Alcaldía de Medellín destacó
por su enfoque innovador e integral sumando al campo, los mercados de la ciudad
y consumidores a sus programas. De otro lado, Quito ha avanzado mucho en comprometer
a miles de hogares a recuperar una dieta basada en sus ingredientes
tradicionales, estableciendo ferias y huertos urbanos y periurbanos.
Una propuesta para
Lima Metropolitana
Cuando se trabaja con retos de innovación, esto es, que se adopten
cambios de actitud y comportamiento respecto a desafíos sociales, a movilizar a
una población hacia el futuro, es importante que los habitantes de una ciudad o
región tengan un sentido de lo urgentes que son los cambios. Sin duda que la
ciudad de Lima comprende y valora contar con un abasto de comida eficiente y
permanente.
Pero precisamente por la creencia generalizada que Lima tiene alimentos asegurados
-pase lo que pase-, se propone buscar otros ‘motivos de urgencia’ del cambio para
contar con un sistema alimentario sostenible para Lima. Por eso lo primero es
precisar algunas ventajas de dar inicio al proceso que permita contar con un sistema alimentario sostenible, para
asegurar:
- un mayor acceso a alimentos frescos y sanos, a mejores precios
- una mejor nutrición al superarse defectos de la actual distribución de alimentos
- menores mermas en beneficio de todos en las cadenas y del medio ambiente
- mayor apoyo al campo animando a jóvenes agricultores para que sigan abasteciendo a Lima
- salvar la variedad de sabores, colores, texturas, de nuestra increíble diversidad
- proteger el avance de gastronomía y turismo, roles productivos vitales para la capital y el país
Además, propusimos que para que Lima aproveche el inmenso potencial agroindustrial
de la gama de alimentos que llegan de todas las regiones del país a sus
mercados, la visión resultante del nuevo sistema sería concebir a la capital como:
- centro de distribución y servicios logísticos de productos de origen
agrario a partir de una infraestructura de mercados mayoristas y mixtos que
opere en plataforma con el punto siguiente
- núcleo tecnológico de desarrollo e innovación de ingredientes industriales
(ojo, no solo alimentos), de preferencia a partir de productos de la diversidad
nativa, para crear un nuevo rol productivo nacional como abastecedor de
ingredientes de alta tecnología
Obviamente, habrá que diseñar los estímulos que animen este proceso de
diversificación productiva:
- bienes públicos provistos por el Estado como información, conocimiento
-ciencia y tecnología-, infraestructura de apoyo para la distribución
- incentivos a la inversión privada para crear nuevas opciones con base
a las cosechas disponibles (mejor aún, premiando la utilización de cosechas que
excedan a la demanda) e instalando los cultivos que se requieran
Frases durante el Seminario
- La seguridad alimentaria no es solo un problema rural sino también
urbano
- A menor desarrollo de una ciudad prevalece la inseguridad alimentaria
- Carencias de la política agraria: débil oferta de bienes públicos (asistencia
técnica, asesoría de negocios, información para equilibrar siembras con demanda,
asociatividad pues la escala hace la fuerza)
De este modo, ‘Lima hub agroindustrial’
se sintonizará con los mercados más dinámicos para:
- atender la demanda de ingredientes
para los ‘nichos’ de mercado de consumo e industrial, dentro y fuera del país,
por ejemplo, bases y preparados de uso gastronómico y alimentario en general
- con otros productos y derivados hi-tech
como deshidratados de alto desempeño, estabilizantes, colorantes y taninos
entre tantos ingredientes con demanda en industrias no alimentarias
Y no hay que perder de vista el reto creciente de Lima y el país: el
empleo. Como se sabe la actividad industrial viene cayendo en años recientes y
el escenario no pinta bien. Por eso es vital insistir en la importancia de
convertir a Lima capital en un clúster
agroindustrial de alimentos de alta especialidad. Este sería un gran motivo
para impulsar el cambio que la MML y FAO visionan como paso trascendental para
Lima: contar con una política alimentaria urbana que la haga más sostenible,
eficiente y equitativa.
Lic. Luis Ginocchio Balcázar
Mayo 12, 2018
innovacionyfuturos@gmail.com
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