Rezago, desigualdad y dualidad productiva
Luis Ginocchio Balcázar Mucho del rezago y la desigualdad de la realidad peruana no se dejaban ver con tanta crudeza hasta la llegada de la pandemia del coronavirus 19 y su larga cuarentena que convocó al fantasma del hambre. Ya no solo la escasez y carestía de medicinas, oxígeno e infraestructura fueron una dolorosa muestra de la tragedia social que vive nuestro país. La pérdida de trabajos y la precariedad del empleo asolan a las familias en las zonas pobres de las ciudades. El país se prepara para recuperar el paso luego de esta dura prueba. Que aún no se supera, es cierto, pero habrá que tomar más riesgos porque los costos del largo confinamiento para la economía son también peligrosos. Comienzan a reabrir los negocios y se sopesará la capacidad del país para recuperarse luego de un evento tan catastrófico como imprevisible. Se busca que las condiciones en que operen servicios, talleres y fábricas estén dentro de prácticas de bioseguridad que...