Gastronomía, cultura e innovación (2)
Luis Ginocchio Balcázar
En la nota previa comentamos la presencia del chef
mexicano Enrique Olvera en el IPADE, escuela de negocios de Ciudad de México. Siguiendo
con el tema de la gastronomía, conviene reflexionar sobre el futuro de la
alimentación, teniendo en cuenta las tendencias y cambios demográficos que modificarán
el rostro de los sistemas alimentarios a nivel mundial, como los retos de salud
pública y el medio ambiente, en medio de nuevos hábitos de consumo, el
predominio de las ciudades y la fuerza del cambio tecnológico.
La gastronomía en las Américas viene desempeñando un
papel inédito en estos escenarios de cambio, cuyos voceros y difusores son
precisamente los chefs, líderes de opinión que en nuestros países cuentan con centenares
de miles de seguidores en las redes sociales y la televisión. En una
combinación de arte y actitud emprendedora, han desarrollado un gran liderazgo,
discursos claros y credibilidad más allá de su éxito en los negocios. En
seguida proponemos algunas líneas de análisis para tratar de entender el potencial
de la gastronomía como fuerza dinamizadora y diversificadora de la producción
de los países.
a)
La gastronomía estimula una corriente innovadora con
eje en la alimentación, alentando a los sectores productivos a renovar sus
propuestas de valor, desde el más modesto taller artesanal hasta la planta con el
estado del arte de la tecnología.
b)
El movimiento de las cocinas nacionales se inspira en
su diversidad cultural, biológica y geográfica, revalorizando este activo vital.
Se habla de patrimonio agroalimentario y se mira a la diversidad biológica y al
artesanado alimentario como una fuente de oportunidades.
c)
El interés por comer saludable, vuelve los ojos a la producción
agrícola ecológica, generando una veta de competitividad campesina. Los
gobiernos establecen controles estrictos de calidad para evitar el uso
indiscriminado de agroquímicos cuyas trazas se ingieren peligrosamente.
d)
El discurso gastronómico aboga por lo auténtico, con origen
geográfico e ingredientes con arraigo en platos tradicionales, estableciendo una
veta de diferenciación, que puede convertirse en valor adicional e ingresos
para los productores y distribuidores de esos territorios.
e)
La vocación productiva de muchos países americanos es
cada vez más cercana a los alimentos frescos, procesados y derivados no
alimentarios de origen agropecuario. En ese sentido, el auge de las cocinas le
da notoriedad y prioridad a este nuevo ‘motor’ productivo.
f)
Los chefs han creado empresas vibrantes e innovadoras
y son una simiente para nuevos emprendimientos en industrias relacionadas a la alimentación,
como la elaboración de ingredientes procesados como bases y formulaciones de
alto valor comercial.
g) Cocinar
en casa pierde terreno frente a la comida fuera del hogar y la comida rápida.
De allí surge la necesidad de diseñar una comida nacional, rápida y saludable. De
hecho, ya hay chefs con tiempos de atención a las mesas muy breves –se podría
hablar de comidas ‘productizadas’-
más cercanas a la industria que a la artesanía y que son saludables. Pero se trata
de hacerlas asequibles al gran público.
h) Si
bien la complementariedad del turismo con la gastronomía es evidente no ocurre
lo mismo entre la gastronomía y la industria alimentaria. Esta distancia o
déficit de comunicación entre los dos sectores exige urgente superación por las
razones ya expuestas.
i)
Los mercados minoristas y mayoristas (centrales de
abasto) deberían ser aliados de la visión de diferenciación y revaloración que
propone la gastronomía, en especial en países donde el sector tradicional del
comercio es fuerte. Una plataforma de e-commerce
acercaría a clientes y consumidores con sus abastecedores contribuyendo a hacer
más eficientes y rentables ambos negocios.
j)
La gastronomía aporta al desarrollo inclusivo de abajo
hacia arriba. Hay miles de ejemplos de pequeños emprendimientos de comida en la
calle o en un puesto del mercado del barrio que se han convertido en
empresarios exitosos gracias a sus cocinas.
La comida
tiene un valor de identidad y orgullo, pero al mismo tiempo es una actividad que
impulsa las economías regionales y locales que buscan posicionar en
restaurantes, mercados y hogares sus quesos, cárnicos, panes, salsas, tamales, aceites
de oliva, vinos, café, chocolate, dulces regionales, entre otros. Y tantas
otras industrias y servicios relacionados que forman parte de los sistemas
alimentarios de cada región y país que la gastronomía está rejuveneciendo.
Piura,
Setiembre 27, 2019
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarExcelente aporte.
ResponderBorrarDesde el tiempo de los Incas Piura ha sido fuente de alimento. De allí la variedad de sus deliciosa gastronomía.
El origen del nombre Piura proviene de la palabra quechua “Pirhua” que significa granero o depósito de abastecimiento. En tiempos remotos Piura era una base de abastecimiento de los pobladores quechuas.