Limones de Piura, líderes de la producción nacional

Luis Ginocchio Balcázar 

El limón es un producto fundamental en la dieta de los peruanos. Si bien su fama se relaciona más al ceviche, se usa en muchos platos de las cocinas de las tres regiones naturales. Además, con limón se prepara el refresco más difundido de las mesas nacionales. Sin embargo, es previsible que el esperado día que todo hogar peruano tenga acceso al agua potable, faltará limón y otras frutas para preparar deliciosas limonadas y otras bebidas frutadas. 

Desde que Leónidas Hidalgo, agricultor que contrató los primeros técnicos en cítricos para el sembrío de limones en el Alto Piura en los 1950s, pasando por la gestación de la primera planta procesadora de aceite destilado de limón a inicios de los años 1960s (la Cooperativa Chulucanas, Coochul), transcurrieron pocos años. Citando al recordado Ing. Godofredo García Baca (1936-2001), agricultor innovador y líder regional, quien confió siempre en el potencial agroalimentario de Piura: ‘De allí llegó el auge pesquero y el encumbramiento del popular ceviche, en donde el limón ayudaba a los sectores menos pudientes de la sociedad a ahorrar el gasto en aceite para cocinar’. 

Piura tiene cuatro productos que tuvieron su ascenso y auge. El que primero sonó es el limón sutil, que desde los 1950s comenzó a destacar. Es al comenzar la década siguiente en que se hacen las gestiones para instalar la primera planta de extracción del aceite de limón, que contó con el apoyo del sacerdote mexicano Porfirio Díaz [1], quien generosamente hizo los contactos con su país para conseguir la asesoría que permitió el surgimiento de una nueva agroindustria de exportación. 

El cultivo que siguió años después fue el mango que superó las cifras de ventas del aceite esencial de limón ingresando el agro regional a la exportación de fruta fresca a Europa. El negocio del banano comienza en los 1990s con la empresa Inka Banana y sus embarques a Corea del Sur desde el puerto de Paita, con fruta de Sullana y Tumbes, creciendo hasta la primera década del nuevo siglo a tambor batiente. Luego vino la uva que rompió largamente los records con la llegada de la agroexportación intensiva en capitales, creando empleo y dinámicas inéditas en la historia agraria regional. Tal vez el agro algodonero haya generado en el pasado tanto empleo como la uva, habría que investigar y allí lo dejamos. 

La fruticultura se ha hecho un espacio fundamental en la producción y exportaciones piuranas de origen agrario y agroindustrial. Con alto impacto social, miles de pequeños y medianos emprendedores de la agricultura familiar de limón, mango y banano orgánico, dinamizan los territorios de la región Piura. De otro lado, la uva crea sorprendentes corrientes de empleo con gran derrama económica en diferentes sectores de la economía regional.   

Volviendo al limón, la información disponible da cuenta que Piura participa con el 59.7% de la producción nacional de cerca de 290.000 toneladas. Sin embargo, no se precisa en la data cuánto de las 173,000 toneladas de limón piurano es para el consumo humano directo y cuánto para el procesamiento de aceite esencial, jugo, cáscara y otros derivados procesados. Lambayeque y Tumbes son las regiones que siguen a continuación, aunque de limón sutil se siembran limitadas áreas en muchos departamentos del país para consumo local. 

Concluyo este breve repaso de los grandes protagonistas de la agricultura piurana con algunos datos sobre la situación actual del alto precio del limón en el país. Según la información recabada, la principal razón que explica su actual escasez y encarecimiento se debe a la tradicional baja cosecha durante los meses de octubre, situación que cede cuando llega el clima cálido entrado noviembre. 

La segunda razón es el clima inusualmente frío que se experimenta en la región, lo que ha inducido la caída prematura de fruta (en ‘chaquira’) mermando más aún las cosechas. Conviene saber que los miles de agricultores de limón tradicionalmente se han esforzado en gestionar sus plantaciones en mayo de cada año (mediante estrés hídrico) para inducir la floración y cinco meses después tener cosecha para octubre, mes de los mejores precios. De la escasez suelen salir muy buenos precios en chacra mientras que de la abundancia extrema los precios se derrumban perjudicando el bolsillo del agricultor. Esto último también para la discusión y análisis. 

Finalmente, como se ha venido insistiendo en este blog, la más seria debilidad de los productores agrarios pequeños y medianos es su escaso nivel de conocimientos y destrezas de gestión empresarial. Todo ello agravado porque deben concurrir con sus cosechas al obsoleto sistema nacional de comercialización de alimentos de origen agrario que impide una formación de precios transparente, entre otros perjuicios. ¿Cómo insertarse en mercados tan complicados como competitivos sin los instrumentos de gerencia que lleven a decisiones aterrizadas y equipos humanos capaces y motivados, con propósito? Esta seria limitación es extensiva a productores pequeños y medianos de los otros conglomerados del capitalismo popular, la industria del vestido, del calzado y del mueble. Por ahora lo dejamos allí. 

Haciendo Futuros
www.haciendofuturos.blogspot.com
Piura, Octubre 13, 2022

 

 



[1] El P. Porfirio Díaz fue un sacerdote agustino de la Provincia mexicana de Michoacán, quien llegó al Perú en 1963 junto con otros religiosos para apoyar a los padres de la Provincia de Chicago, Illinois (Estados Unidos), en la nueva obra misionera, la futura diócesis de Chulucanas.

 

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