Valderrama, innovador y visionario
Concibió a la gastronomía
como parte de un sistema. E imaginó un proyecto que integró agricultores,
mercados y consumidores desde los retos
de la cocina peruana
Luis
Ginocchio Balcázar
No
he conocido a una persona que valore tanto nuestros mercados de abasto como
Mariano Valderrama León (Lima 1944-2019). No solo por su infaltable visita de
los sábados al mercado Lobatón de Lince sino por su continuo esfuerzo por subrayar
su importancia, su historia y sobre todo, su potencial como escenarios de
identidad, emprendimientos y diversidad.
Mariano
nos invitó a trabajar en un proyecto de la Sociedad Peruana de Gastronomía
-APEGA- cuyo eje fue fortalecer tres frentes de la gastronomía nacional, productores
agroalimentarios, mercados de abasto y comercio (en este caso electrónico), revalorando
la diversidad biológica nativa a partir de su difusión y consumo. Se llamó ‘Cadenas
Agroalimentarias Gastronómicas Inclusivas’ y contó con el apoyo del
Banco Interamericano de Desarrollo.
El
primer componente del proyecto fue la organización de una feria para acercar a
los agricultores a los consumidores urbanos. Se seleccionó y capacitó a quienes
serian los actores de la ‘Feria Agropecuaria Mistura’ que se inauguró en mayo
de 2013 en la avenida Brasil, esquina con Javier Prado, Magdalena. De este
modo, mediante estas ferias o circuitos cortos desde el Perú profundo llegaron
sus campesinos y pequeños procesadores para atender a la ciudad. Bernardo Roca Rey era el líder y presidente de
APEGA, Mariano, gerente.
Las 'Ferias Agropecuarias Mistura' buscaban, que al igual que en todas las ediciones
de Mistura con su ‘Gran Mercado’ la gastronomía acogía a productores
agropecuarios, pequeños y medianos artesanos una vez al año, se hiciera una vez
por semana, haciendo visible su rol en la alimentación y se articulen con los consumidores. Las ferias fueron
acogidas por la Municipalidad de Magdalena del Mar, pionera en acercar a agricultores
y vecinos de Lima.
Al
acercarse el final del proyecto en 2017, la administración de las ferias se
entregó a la organización de productores que la dirige desde entonces. Las
ferias, hoy llamadas Agro Ferias Campesinas, son un exitoso caso pero más allá
del apoyo de las municipalidades de Magdalena, Los Olivos y La Punta, más
recientemente Jesús María (San Felipe) y San Borja, no hubo mayor receptividad a
este nuevo concepto por parte de las autoridades edilicias de la Gran Lima.
Además
de las ferias, Apega priorizó a los
mercados de abasto como lugares estratégicos para el futuro de la alimentación,
gastronomía y nuestra diversidad de especies, sabores y colores. Para ello se
trabajó la campaña ‘Casera’ que reconociendo el rol de los mercados para
abastecer alimentos diversos y de calidad a la cocina peruana, el paso del
tiempo y el crecimiento urbano habían estresado aun más sus deficiencias y requerían
mejoras en su gestión y servicio al público, por lo menos.
Para
llevar adelante este segundo componente, el proyecto organizó un equipo que
implementó ‘Casera’, que seleccionó a un grupo de 582 comerciantes de verduras
y frutas de 66 mercados en 15 distritos de Lima. Todos ellos dispuestos a
cambiar con mejoras sencillas como la ‘oferta del día’, mayor orden y
presentación de productos, tablillas con precios y ‘balanza al frente’, entre
otras. Se organizaron dos
concursos con siete premios a destinarse a inversiones en sus locales y equipos
que redunden en mejor servicio a los consumidores.
Como
parte de la campaña ‘Casera’ se realizaron visitas a mercados que habían dado
varios pasos adelante como el ‘Micaela Bastidas’ (Villa María del Triunfo, muy
cerca al mayorista de pescado) y el ‘Nuestra
Señora de Las Mercedes’ (Lurín). ‘Casera’ también estuvo muy activa en los
mercados ‘Conzac’ y ‘Merprolima’ gracias al apoyo del municipio de Los Olivos.
Un
tercer componente del proyecto fue la creación de una plataforma de comercio
electrónico de apoyo a la comercialización agroalimentaria, que reiteró el
interés de la cocina peruana de estimular el uso de las tecnologías de la
información a través del comercio electrónico. Se diseñó una solución web a la
que acudieron productores agropecuarios y procesadores de talleres artesanales de
lácteos, salsas, dulces, panes y bocadillos, para ofrecer en venta sus
productos de consumo regional y local a nivel nacional.
El
portal se llamó ‘Gran Mercado Apega’ y contó con un facilitador de negocios que
asesoraba a los productores para perfilar sus ofertas antes de subirlas a Internet.
Una vez publicada la oferta interesaba a compradores potenciales quienes entraban
en contacto con el proyecto y oferentes. Se incluía información del producto,
variedad, valle de origen, nombre y foto del predio así como del productor. Este
mercado electrónico fue lanzado el 15 de febrero de 2016.
Una
nota de la agencia Andina
de marzo de 2016 destaca que el portal ofrecía 42 ingredientes de la cocina
peruana de varias regiones y una empresa del exterior mostraba interés en productos
ayacuchanos. Sobresalen en el portal, ajíes
de Villa Rica, Marcapata, Huaral y Tacna; choclos de Tarma y Huaraz; papas nativas de Huánuco, Ayacucho y
Andahuaylas; quinua del Cusco y Puno; pallares de Ica; paltas de Luricocha y
Chanchamayo; piñas del VRAEM, entre otros.
Desde
su entrada en operación la web registró demandas de arracacha, banano, guanábana,
olluco, palta, quinua y tomate de árbol. Para formar parte de la plataforma, el
agricultor ingresaba a la sección ‘Sube tu oferta’ y completaba una ficha con
sus datos, producto, volumen ofertado, entre otros. Al recibir la información,
Apega se ponía en contacto con el agricultor para ultimar detalles para luego subirla
a la red. De este modo se difundía el origen del producto revalorizando la zona
y difundiendo el trabajo del o la agricultora familiar, todo con el respaldo de
la entidad gastronómica.
Más adelante, en julio de 2016, el portal de comercio electrónico logró una mención honorífica en el concurso Intalent, realizado en Washington, sobre industrias creativas con impacto regional. La competencia convocó a más de 680 proyectos de la economía naranja y con base tecnológica de 20 países de América Latina y el Caribe.
Mariano fue un gran animador de estos procesos que posicionaron al agricultor familiar como gran actor del sistema agroalimentario así como al pequeño artesano que procesa lácteos o dulces regionales, al comerciante del mercado que cumple una labor incansable para ofrecer los insumos que las familias convertirán en sus alimentos. Dentro de APEGA contamos con el apoyo constante del Consejo Directivo, presidido por Bernardo, que siempre apoyó la visión sistémica del proyecto, por un país más integrado y equitativo.
Más adelante, en julio de 2016, el portal de comercio electrónico logró una mención honorífica en el concurso Intalent, realizado en Washington, sobre industrias creativas con impacto regional. La competencia convocó a más de 680 proyectos de la economía naranja y con base tecnológica de 20 países de América Latina y el Caribe.
Mariano fue un gran animador de estos procesos que posicionaron al agricultor familiar como gran actor del sistema agroalimentario así como al pequeño artesano que procesa lácteos o dulces regionales, al comerciante del mercado que cumple una labor incansable para ofrecer los insumos que las familias convertirán en sus alimentos. Dentro de APEGA contamos con el apoyo constante del Consejo Directivo, presidido por Bernardo, que siempre apoyó la visión sistémica del proyecto, por un país más integrado y equitativo.
En
el equipo del proyecto destacaron Federico Negrón, Sofía Ormeño, Mercedes Palomino, Edison Ramos, Gaby
Zegarra, Carlos Lazo, Juan Infante, Jackeline Quintana, Lourdes Lares, Mariela
Pineda y Carlos Díaz Vargas (+). Y por el
BID, Elizabeth Minaya y María Luisa Ángeles, quienes desde el FOMIN nos orientaron
durante los cuatro años del proyecto.
Mariano
Valderrama León fue un peruano brillante, de una sensibilidad especial y un
sentido comercial notable, con gran don de gentes. Un hombre de acción. No le gustaba
hablar de su doctorado en Heidelberg pero si de sus tiempos y anécdotas en la
PUCP. También añoró su paso por la radio con el programa Tierra Fecunda. Insistía que al lado de cada cocinero en Mistura debía estar un agricultor o
agricultora. Con mucha fe en el Perú, su memorable humanidad, al igual que sus
libros, se componía de devoción por nuestra cultura, ilusión por el avance
social de nuestra patria, y cariño por los grupos más débiles.
Al
final de nuestro paso por Apega imaginamos y dimos forma durante muchas
sesiones de trabajo al proyecto ‘Comida Peruana Rápida Saludable’, para alimentarnos
más sano, utilizando insumos de nuestra diversidad nativa, ‘productizando’
nuestra cocina para hacer más ágil su preparación –esto es agregándole más
tecnología. Y al mismo tiempo, preservando su contenido nutricional y
excelencia gastronómica, para llevarla luego del Perú, al mundo. Y poniéndola más
al alcance de los bolsillos, lo que desarrollaremos en siguiente nota.
Piura,
Abril 24, 2020
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