Diversificación, regiones y cambios (Prospecta Lambayeque)


El país necesita encontrar nuevos caminos para crear riqueza y empleo. Luego de varios años de crecimiento la velocidad de avance productivo viene mermando y afectando a empresas y familias. Recuperar el paso convocando a los talentos locales debería ser la consigna del momento.

Somos cada día más un país de ciudades. Esta apurada urbanización ha traído nuevos problemas que se topan con los tradicionales retos de orden e institucionalidad que nos acompañan desde hace mucho. Sin embargo, también estas grandes aglomeraciones urbanas traen oportunidades que hay que proponerse aprovechar.

Las regiones son los territorios en que el país se ha organizado. Entre las responsabilidades compartidas con el gobierno central destaca el desarrollo y los actores clave para alcanzarlo son los empresarios y emprendedores, los dirigentes de las organizaciones políticas y gremios, así como los académicos -universidades y entidades de investigación y tecnología-, la trilogía para avanzar.

Y el desarrollo va más allá de construir infraestructura. Incluye crear las capacidades locales, en los distritos, provincias y regiones, que haga posible alcanzar los acuerdos y coaliciones para la competitividad y el avance de la sociedad. En esa línea, a principios de diciembre pasado, atendiendo una amable invitación de la Asociación Regional de Exportadores de Lambayeque (AREX), en el evento Prospecta 2018, propusimos cuatro puntos, que se mencionan a continuación:

- Objetivo del nuevo enfoque productivo regional, favorecer productos y servicios diversos y al mismo tiempo, únicos. Ese debería ser el trabajo resultado del esfuerzo conjunto del conocimiento colectivo de los habitantes y del dominio de los recursos de la diversidad cultural y biológica, posición geográfica y otras singularidades.

- Urge conformar Equipos de Animación Productiva Regional, con participación de los gobiernos (regional, provincial, local), academia y cámaras empresariales más los ‘jóvenes territoriales’, estudiantes de los últimos años de estudios y egresados, conocedores del potencial de sus distritos de origen.

- Un Fondo de Innovación Regional con dinero fresco disponible para cofinanciar iniciativas innovadoras que usen recursos naturales, creatividad local y capacidad industrial y para los servicios de apoyo a la producción con enfoque a los mercados nacional y del exterior, con asesoría y seguimiento a quienes decidan modernizar sus negocios, actuales o por fundar.

- Un Diplomado en Gerencia de Negocios Locales para mejorar las habilidades de negocios de las pequeñas y medianas empresas, destrezas que sirvan para relanzar programas de competitividad y desarrollo regional, formando animadores de la industria y el comercio, además de formuladores de proyectos locales.

La innovación, que permite crear o recrear una ventaja competitiva de los negocios, es un atributo productivo que nace de saber detectar oportunidades, diseñar las propuestas de productos o servicios que las atiendan, y lanzarlas con éxito comercial a los mercados. La competitividad nacional -aún en muchos casos- se sustenta en precios relativos más bajos y no en capacidad de innovación.

Pero con China e India liderando la fabricación globalizada hay que ir hacia productos, servicios y propuestas de valor que permitan competir a partir de lo diverso y único con base a nuestras fortalezas. Lambayeque y el país debe fortalecer el eslabón entre la academia y las empresas, que permita convertir investigación (generación de conocimientos) en innovación (aplicación de ese conocimiento para la creación de riqueza a través de la agregación de valor).

Finalmente, tal como sugiere Ricardo Hausmann del CDI de la universidad de Harvard, un país es un grupo de equipos de personas que saben producir ciertos bienes, que han adquirido conocimientos que manejan colectivamente, y que han acumulado destrezas dentro de ‘espacios’ de productos. Para cambiar el patrón de crecimiento de un territorio, ciudad o país es necesario cambiar su estructura de producción, haciéndola más compleja y sofisticada.

Y para lograrlo se requiere un enfoque municipal, centrado en aquellas zonas urbanas de mayor población, con suficiente diversidad y sofisticación de productos, como para justificar un análisis de ‘industrias adyacentes’ de mayor complejidad que requieran capacidades a las similares ya existentes. Y para eso se requiere de un Estado capaz de convocar nuevas inversiones en el territorio combinando nuevas tecnologías con las existentes y dos ingredientes: diversidad de especialistas en diferentes áreas; e, individuos capaces de crear firmas complejas.

El futuro es tan importante que tenemos que construirlo quienes compartimos un territorio. Si no lo hacemos, si postergamos o menospreciamos su importancia, luego no nos incomodemos cuando otras personas u organizaciones lo gesten por nosotros.

Lic. Luis Ginocchio Balcázar
Lima, 14 de enero de 2019

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